La Noche de Embrujo se ha convertido en una fiesta referente en Manilva.
Este año alcanza su tercera edición y la delegación de turismo la mantiene entre algodones, para conseguir que su fama siga elevándose como lo ha venido haciendo durante los años precedentes.
Entre un ambiente y un contexto particular, el próximo sábado 30 de julio , la calle mar se verá inundada de velas y adornos que dotarán a la zona de una especial penumbra y le darán un ambiente idóneo para acoger los múltiples atractivos de esta fiesta.
La participación de la vecindad hace de esta jornada un momento digno de disfrutar.
El flamenco y la música pondrán la nota sonora a una noche que se envuelve de un velo mágico para recibir a vecinos y visitantes.
Francisco Becerra, responsable del área de Turismo, espera contar con la presencia de la población y hacer de esta una noche especial.