El artista residente en nuestra localidad Andrés Puig, expone durante estos días parte de su obra en la Feria de Arte de Marbella, en el Palacio de Ferias y Congresos de la vecina localidad, donde la Fundación que lleva su nombre, acerca a los visitantes a las terribles circunstancias que están viviendo los artistas y el pueblo cubano y los expresa a través del proyecto “Patria y Vida”, como indicaba el propio artista.
Precisamente ayer visitaban esta exposición los ediles del Ayuntamiento de Manilva, Diego José Jiménez y Alba Jiménez, que mostraban así su apoyo al artista que tiene una exposición permanente en el edificio del CIVIMA de nuestra localidad.
Esta feria cuenta con un recorrido por 3.000m² diáfanos, donde el arte y el diseño de las mejores marcas nacionales e internacionales se ven contenidos por un espacio conceptualizado y de profundo vínculo con el entorno de la Costa del Sol, en esta edición conjunta de Art Marbella/Marbella Design.
Andrés Puig, nació en 1948 en Las Tunas, en la zona oriental de la isla de Cuba, cursó sus estudios en Escuela Nacional de Arte de la ciudad de La Habana. Tras su graduación, obtiene en dicha institución la cátedra de pintura, la cual desempeña hasta 1988. En la década de los 70 surge en su país un movimiento pictórico en el que se integra un grupo de jóvenes artistas, que se identificaron como “La Joven vanguardia”. Puig es puntero de esta generación, su depurada técnica y su ingenio le han reservado un sitio entre los grandes maestros. Poseedor ya de una madurez excepcional, nacido en una cultura sincrética y bautizado en el crisol de tres razas, logra una síntesis asombrosa: reunir la esencia de una nueva cultura, tan fuerte y vigorosa, como la de sus antepasados milenarios.
En 1973 obtuvo su primer reconocimiento, mención de honor en el primer salón juvenil de artes plásticas, y en 1976 el premio nacional de pintura de su país. En París se le conoció en los años 70, muy joven aún, pero ya formaba parte de la monografía que, sobre la Vanguardia Cubana, había realizado la investigadora francesa Joel Guyot por encargo de la universidad de la Sorbona, también, el centro de estudios cubanos de Nueva York, le incluyó en sus estudios. Puig es un trabajador incansable, que en cada trazo parece evocar un mundo misterioso y lejano .
Este artista que se ha nutrido en las fuentes prodigiosas de la cultura occidental, aúna rito y religión, donde todo parece fundirse en una amalgama de rebeldías. Hoy sus obras se encuentran en diversas colecciones tanto públicas como privadas en museos e instituciones de todo el mundo.
Es en Estados Unidos donde podemos encontrar gran parte de sus trabajos, como nos explicaba el propio autor que ha encontrado en Manilva todo un paraíso, que le recuerda a su Cuba natal.
Puig, ahora más que nunca nos muestra a través de su obra la situación de su Cuba natal, como un grito a la unidad de las naciones, reivindicando la libertad y la democracia de su país de origen.