Los diseminados rurales de Manilva, las controvertidas casas de campo, están más cerca de ser regularizadas que nunca. Después de la aprobación en pleno de la revisión inicial de Plan General de Ordenación Urbana, comienza una serie de encuentros con los vecinos para tratar de sacar a luz estas viviendas.
Las cerca de 400 viviendas existentes en la localidad en suelo no urbanizable o urbanizable no sectorizado podrían quedar legalizadas próximamente una vez culminen los trámites puestos en marcha por parte del Ayuntamiento que está negociando con los propietarios las condiciones que deberán darse para que sus casas pasen a estar contempladas en el planeamiento sin ninguna objeción.
En estos momentos se mantiene contacto, según informó el edil, Diego Urieta, con los propietarios de la zona del Poligono 7, que comprende desde la zona de la Carretera del Peñoncillo, desde el Chorro hasta el Instituto. Se trata quizás de la zona más complicada al tener estas casas abiertos expedientes disciplinarios.
Según Urieta, una vez que el avance del PGOU ha determinado que son asentamientos con vocación de urbanos por cercanía o bien porque cuentan con las infraestructuras y la dotación propia de una zona urbana, la idea ahora es avanzar en la revisión parcial y hacer de estos terrenos suelo urbanizable o urbano con todos los suministros y dotaciones.
Según Urieta, el Ayuntamiento tendrá que establecer los criterios, gastos de urbanización, obtención de zonas verdes, de suelo educativo… Todo lo que marca un suelo urbano y a partir de ahí se establecerán las condiciones para ver si los gastos que esto supone, se asumen mediante juntas de compensación o por cooperación municipal.